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“En la ciencia no se gasta, se invierte”

Entrevista de Cristian Rebosio a Edward Málaga-Trillo, biólogo y candidato al congreso por el Partido Morado. Imagen: Plaza Tomada

Publicado: 2021-01-10
Su pasión por la ciencia lo llevó a trabajar por más de dos décadas en tierras donde esta ocupa un lugar preponderante, pero el reto de revalorizarla en su patria lo llevó a regresar a Perú. Hoy, el biólogo Edward Málaga-Trillo no solo busca aportar a la lucha contra la pandemia desde la muchas veces subestimada trinchera científica sino que acepta el reto de incursionar en política para acercar al Perú y la ciencia.

¿Cómo despertó su interés por la ciencia?
El interés por la ciencia se define muy temprano y siempre me gusta decir que todos tenemos el potencial de ser científicos porque la base es la curiosidad, que es innata al ser humano. Todos tenemos la capacidad de preguntarnos cosas y ser creativos y originales para solucionar problemas. Pero esta curiosidad innata se puede ver estimulada y desarrollada con las experiencias que tenemos durante la niñez y la adolescencia. En mi caso, vengo de un hogar de padres médicos, mi padre es pediatra y mi madre obstetra ginecóloga. Entonces he tenido la fortuna de tener acceso a información médica y científica que me llamaba mucho la atención.
¿Cómo influyó su familia?
He tenido experiencias como que mi padre me llevara a ver operaciones o que mi madre me mostrara colecciones de fetos humanos que se conservan para estudios. Ver eso a una edad temprana despierta la curiosidad por saber más. Pero también tuve interés por leer acerca de ciencia y astrofísica. Desde niño me inquietó el cómo se fue desarrollando la ciencia con la historia. Otra influencia fueron las películas de ciencia y ficción y las de terror. Por ejemplo, Frankestein fue clave en mi exposición a temprana edad a la ciencia porque el concepto de un médico que recompone partes de cadáveres y los ensambla en un cuerpo para darle vida te suscita millones de preguntas de cómo puede lograr eso.
Tuvo la oportunidad de trabajar muchos año en Alemania, ¿cómo fue esta experiencia?
La ciencia es, generalmente, internacional. Se prioriza mucho la movilidad. En el Perú estamos acostumbrados a hacer nuestras carreras en un solo país. Pero es bastante natural que un científico pase por dos o tres países. Especialmente un científico experimental. En mi caso, estudié mi pregrado en la Universidad Peruana Cayetano Heredia y decidí irme a hacer un PhD (doctorado) en microbiología e inmunología. Ahí, en la escuela de medicina de la Universidad de Miami, conocí al que sería mi asesor de tesis que también era director del Instituto Max Planck para la Biología en Alemania. Le llamó la atención el trabajo que estaba haciendo en su laboratorio en Miami y me invitó. En Alemania me expuse a una sociedad donde la ciencia se privilegia y la inversión es extraordinaria. Aquí estamos ocupados con problemas alrededor y no podemos desarrollar nuestro verdadero potencial.
¿Qué lo animó a regresar al Perú?
Siempre tuve el compromiso de hacer algo por mi país. Hubiera querido regresar antes, pero, como les pasa a muchos, la vida en el extranjero te va atrapando, vas asumiendo otros compromisos. En mi caso, el desarrollo profesional me llevó a quedarme más tiempo. No obstante, como en la vida de todos, llega el momento de asumir retos y preguntarse cuál es tu lugar en la sociedad y qué cosa quieres dejar detrás de ti. Me pregunté si le quiero dejar mis aportes a una sociedad alemana donde vengo aportando hace veinte años o en un lugar como mi propio país donde puedo ayudar con la ciencia y la tecnología para el bienestar del Perú.
Si bien, como usted menciona, el Perú afronta problemas que captan la atención de gobernantes y ciudadanos e impide darle mayor atención a la ciencia, ¿considera que, además, existe resignación al respecto y se ve al Perú como un país que nunca podrá intentar estar al nivel otras sociedades con respecto al desarrollo de la ciencia?
El problema de fondo es que tenemos una cultura científica muy pobre. Actualmente está menospreciada, minimizada, nadie la entiende, no saben para qué sirve y, además, no se valora como conocimiento y cultura. Ese distanciamiento nos hace mucho daño y por eso se ve que la gente se refiere a la ciencia como algo muy foráneo que es interesante pero que lo hagan países desarrollados. Es una interpretación muy utilitarista, automática y simplista. La gente debe haber entendido con la pandemia que la ciencia es clave para solucionar crisis. La ciencia y la tecnología son responsables de inventos y desarrollo que han permitido que la civilización sea como la vemos hoy. El boom de las comunicaciones, internet, los teléfonos digitales, los viajes al espacio, los antibióticos y las vacunas son el resultado de una ciencia para el bienestar. Si el conocimiento tiene que ser generado siempre fuera, estamos en desventaja.
Cuando el expresidente Martín Vizcarra decretó la cuarentena en marzo del 2020, incluso sus detractores reconocieron que había tomado una decisión acertada. Sin embargo, los meses siguientes fueron dramáticos, ¿cuándo el gobierno perdió el control de la pandemia en el país?
Estoy de acuerdo con la cuarentena. Fue una medida correcta, pero se prolongó y no tomó en cuenta situaciones concretas como la informalidad y las aglomeraciones en mercados y bancos. No se tomó en cuenta la desigualdad y el hecho de que mucha gente tenía que salir para sobrevivir. Pero se hicieron las cosas mal desde el principio porque nunca se tuvo, y hasta ahora no se tiene, un enfoque científico interdisciplinario de la pandemia. Nos estamos ocupando por camas UCI, ventiladores, plantas de oxígeno, los hospitales se están llenando, etc. Esos son problemas médicos y llegan cuando ya es demasiado tarde, cuando la persona ya se enfermó. Entonces queda hablar de prevención y ni siquiera eso se hace bien. Desde el Ministerio de Salud dicen que debemos usar mascarilla, lavarnos las manos y distanciamiento social. Eso es muy básico en la prevención.
¿Qué se pudo hacer distinto?
Estamos ante un enemigo invisible y lo primero que tienes que hacer es visibilizar al enemigo a través de las pruebas moleculares. Era clave autorizar centros de diagnóstico y autorizar laboratorios, lo que se ha hecho muy mal porque el INS (Instituto Nacional de Salud) jugaba para su propia cancha. Hay que reconocer que ha tenido dificultades, pero no ha sabido contar con aliados y se ha comprado el pleito solo. Ahí hubo un problema que lo diagnostico como una fractura entre Estado y sociedad civil. La falta de apertura a la ciencia no nos ha ayudado. Esto también se refleja en el manejo de la información. Por ejemplo, la información de los genomas y la data se perdía o aparecía tarde. Otro problema fue no apoyar la políticas públicas en evidencia científica. Cada medida que toman, la cuarentena, la restricción de viajes o qué sector de la economía abrir, tiene mucho que ver con entender la enfermedad y en base a eso se debió decidir. El hecho de que no se pueda ir a la playa pero sí a un shopping center o un restaurante es un sinsentido a la ciencia.
Ante lo que parece ser la segunda ola, ¿se está a tiempo de hacer algo o ya es demasiado tarde?
La respuesta rápida es estamos a tiempo, pero un problema de fondo es que nos hemos desensibilizado. Estamos viendo las muertes como números y no vemos que ese número más o menos que podríamos salvar puede ser uno mismo, un pariente o un amigo. Se dice que no vale la pena porque es muy costoso, el efecto sería mínimo y el virus se está diseminando de todas maneras. Rechazo tajantemente ese argumento porque cada decisión nos cuesta vidas. El enfoque científico nos hubiera ahorrado muchas muertes innecesarias. Hoy en día pasa lo mismo, no tenemos todavía una política masiva de diagnóstico molecular, no tenemos muchos centros autorizados para hacerlo, no tenemos estudios experimentales que nos digan qué pasa con los virus que tenemos acá y si hay una cepa o variante peruana, etc.
Hace unos meses, en una entrevista a Ragi Burhum, científico en comunicación, contaba que él ofreció al gobierno la herramienta de contact tracing y nunca obtuvo una respuesta. ¿Considera que en el gobierno hay desinterés o ignorancia con respecto a la ciencia? (Entrevista a Ragi Burhum: https://ensayosocialconfuso.lamula.pe/2020/06/14/inmunidad-de-rebano-significa-que-mas-gente-va-a-morir/cristianrebosio/)
Hay ignorancia y desinterés. En el caso del gremio médico, hay arrogancia de cierto sector. Creen que solo ellos pueden solucionar el problema. También está el problema de lo privado versus lo estatal, que es una fractura enorme que tenemos en nuestra sociedad. El privado no quiere trabajar con el Estado porque cree que es corrupto e ineficiente y el Estado tiene recelo de trabajar con el privado porque cree que de todo quiere sacar una tajada. Ese tipo de falencias nos han pasado factura porque no se ha querido escuchar a quienes han querido aportar. Pero, paradójicamente, al mismo tiempo se hacían comprar millonarias como la de pruebas rápidas e ivermectina. Lamentablemente ha sido un Estado disfuncional que no ha sabido reaccionar ante una situación extrema. Si esto hubiese sido una guerra, nos habrían bombardeado Lima entera.
¿Cuál es el estado actual de proyecto de pruebas moleculares que usted y su equipo estaban desarrollando?
Está en fase final. Estamos por realizar el último ensayo clínico, que se llama validación clínica. Ahí se demuestra que la prueba funciona en la realidad peruana. Hasta ahora todo se ha hecho en laboratorio y ahí ha funcionado muy bien. Falta el último paso en que se demuestra que funciona con pacientes peruanos. Para ello hemos firmado un convenio con Essalud y ellos nos van a proveer muestras de pacientes del Hospital Edgardo Rebagliati y Hospital Nacional Guillermo Almenara. Esperamos que todo salga bien por la experiencia que hemos visto en otros países. Hacerme cargo de este proyecto también es demostrar que hoy en día hay un camino que es difícil y que a partir de eso estamos identificando todos los problemas para que no vuelva a pasar esto. La mayor parte del tiempo se ha ido en trámites, permisos y convenios. 
El presidente Francisco Sagasti anunció esta semana la compra de vacunas y que el primer lote estaría llegando el mes de enero. Sin embargo, a algunas personas les ha causado preocupación ver que la vacuna de Sinopharm tiene un porcentaje de efectividad menos a la de otras, ¿con el 79% de eficacia se puede tener el efecto deseado?
Las vacunas varían en su porcentaje de eficacia. No debe sorprender que las vacunas tengan 90, 60 o 70 por ciento de eficacia. El umbral que dispuso la OMS para el desarrollo de vacunas para el Covid-19 fue de 50%. Cualquiera que esté por encima de ese porcentaje iba a ser aprobado. Bajo ese marco, decir que la vacuna china, que tiene casi un 80% de eficacia, es mala es un absoluto sinsentido. Todas las vacunas que tengan un porcentaje tan alto como ese son buenas, pero se debe hacer una campaña de vacunación un poco más ambiciosa.
En los últimos meses se ha podido ver que los grupos antivacunas y promotores de sustancias perjudiciales a la salud han tomado mayor notoriedad e incluso hay medios de comunicación que les dan espacio, ¿el gobierno debería tener una respuesta más firme al respecto?
La falta de cultura científica es tal que no importa de qué gobierno estemos hablando. Se puede escoger a cualquiera de los presidentes que hemos tenido y ninguno lo ha hecho bien. Los gobiernos de Martín Vizcarra y Francisco Sagasti han tenido muchos problemas para mostrar firmeza en la comunicación masiva que contrarreste las fake news. No estamos hablando de regular la prensa, pero se debería corregir lo que dicen algunos medios.
Se ha visto políticos que defienden diversas iniciativas o representan grupos que terminan haciendo poco o nada al respecto por no contar con el respaldo del resto de sus bancadas, ¿usted considera que el Partido Morado le dará prioridad a la ciencia?
La respuesta es sí, pero es importante aclarar que toda decisión que se toma en la vida es un riesgo. ¿Qué garantía tengo de que el grupo político que escoja va a apoyar decididamente en la práctica lo que proponga? No la tengo. De hecho, para tomar esta decisión evalué qué partidos podrían comulgar con este tipo de agendas. El Partido Morado tiene en su discurso a la ciencia y a la tecnología. No tiene la cantidad de científicos que yo quisiera, pero ningún partido los tiene. Los veo como la oportunidad de aportar para que ellos, convencidos de que es importante, me apoyen.
¿Pero hay predisposición a escuchar a una persona de ciencia?
Eso definitivamente.
La candidata Verónika Mendoza (Juntos por el Perú) mencionó recientemente la posibilidad de crear un ministerio para ciencia y tecnología, ¿qué opina al respecto?
Estoy absolutamente a favor. Instaurar un ministerio así no es una decisión que se toma de la noche a la mañana sino que debe ser evaluada, consensuada y debatida antes de llegar a una decisión final. Si bien apoyo la creación de este ministerio porque la ciencia y la tecnología merece un lugar político y el apoyo, soy consciente que instalar un ministerio es una decisión compleja por las consecuencias que trae para la economía y administración. Mi propuesta sería que la nueva administración evalúe esa necesidad y, al cabo de un tiempo, se vea si va o no. Los argumentos en contra sobre la burocracia o gasto excesivo son argumentos trillados y facilistas. Toda la administración de ciencia y tecnología ya está en pie. Se trata de reunirlos, organizarlos y hacerlos funcionar mejor.  El otro punto tiene que ver con la poca importancia a la ciencia y creen que es un gasto. En la ciencia no se gasta, se invierte.
En base al desarrollo que ha observado de la pandemia en el Perú, ¿qué tan lejos estamos de llegar al final?
Una de las grandes dificultades que tenemos los científicos es que siempre nos piden plazos. Es pregunta, que es muy legítima, es difícil de responder. La ciencia no se destaca por su valor predictivo. Además, nos estamos olvidando que el virus es una entidad biológica y no podemos predecir si, por ejemplo, habrá una nueva variante más o menos letal. Lo que yo esperaría es que, en 2021, tengamos por lo menos controlada la situación.

Escrito por

Cristian Rebosio

25 años / Comunicador / Lima, Perú / Twitter: @crebosio95


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