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“La Confiep sufrió una derrota con la desaprobación de la confianza”

Entrevista de Cristian Rebosio a José Saldaña Cuba, abogado y docente de la PUCP. Imagen: Diario Uno

Publicado: 2020-08-07
Mientras las cifras de contagiados y fallecidos por Coronavirus siguen aumentando de forma dramática y el sistema de salud sigue colpasado, Perú afronta una nueva crisis política luego que el Congreso, en una decisión inédita, le negara el voto de confianza al gabinete encabezado por Pedro Cateriano. Al respecto, José Saldaña Cuba, abogado y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), comenta sobre la decisión de los congresistas y el enfoque de la propuesta del gobierno para afrontar la pandemia.

¿Consideraba que el pedido de voto de confianza podía tener el desenlace que tuvo?
La predicción era que iba a haber voto de confianza, como en los últimos veinte años. Normalmente las diferencias políticas se notaban después. El cambio ha sido que bancadas numerosas, como Alianza Para el Progreso y algunos miembros de Acción Popular, no han dado el respaldo. Ese ha sido el principio del quiebre de la balanza contra Pedro Cateriano. No lo vi venir, pero sí una gran discrepancia política con otras bancadas.
En las semanas previas se vio a Pedro Cateriano reuniéndose con agrupaciones políticas, ¿esto hacía creer que iba a tener acuerdos?
Yo esperaba que con la experiencia política de Pedro Cateriano hubiese una conversación cerrada con las bancadas de Alianza Para el Progreso y Acción Popular. Pero no cerró un acuerdo con esas bancadas que hubieran hecho el voto muy contundente a su favor. Por otro lado, ninguneó a otras bancadas más pequeñas, como la de izquierda (Frente Amplio) y Frepap. No ha valorado el sentir de estas bancadas y a la gente que representan.
¿El voto del Congreso contra el gabinete Cateriano podría haber sido para exhibir el poder del congreso?
Siempre hay una pugna entre los poderes y el Congreso tiene los mecanismos constitucionales para hacer sentir su poder. En todo periodo político hay una muestra de fuerza y, a pesar de la crisis que vivimos, esta no era la excepción. Pero no pensé que ocurriría, porque consideraba que el Ejecutivo, con su vocero Cateriano, iban a llegar a un acuerdo. Cateriano subestimó al Parlamento.
¿Qué buscaba Martín Vizcarra con Pedro Cateriano como primer ministro?
Es una época muy difícil que abre el cierre del gobierno de Vizcarra. El cambio que veía era un cierre de periodo con el apoyo de los grupos de poder en el país, que son principalmente de poder económico. Cateriano reunía las características de un político experimentado y defensor de un pensamiento político que favorece a estos grupos de poder y Vizcarra ha buscado el respaldo de ellos ante la falta de bancada y partido.
Entonces, ¿Martín Vizcarra pretendía ganarse la aprobación de Confiep con la designación de Pedro Cateriano?
Creo que esa es la lectura más correcta. En estos tiempos tan difíciles, así como hay muchas necesidades, también hay un apetito por volverse más ricos, como vemos con la clínicas o empresas que están despidiendo a sus trabajadores. Lo que vemos es esta política buitre de las grandes empresas de aprovechar la crisis para enriquecerse y, en esa pugna entre la debilidad del gobierno y las grandes necesidades de la población, la Confiep está presionando para que el discurso y políticas que se adopten sean de favorecimiento empresarial para reactivar la economía. Una reactivación de la economía sin respetar la regulación laboral como están tratando de deshacerse hace mucho tiempo y ahora ven una oportunidad. En esa estrategia consideraban que una propuesta como la de Cateriano podría hacer posible esa flexibilización que están buscando. La Confiep sufrió una derrota con la desaprobación de la confianza a Cateriano.
Que Pedro Cateriano haya tenido un discurso muy enfocado en la minería, ¿le dio a los congresistas la excusa para votar en contra aunque sus verdaderas motivaciones hayan sido otras como perjudicar la reforma universitaria?
Cateriano, en su búsqueda de ganarse el favor empresarial y con la preocupación por la economía que es legítima, sobredimensionó la actividad minera y su participación en la economía. Hay economistas expertos que reconocen que la participación tributaria, laboral y repercusiones ambientales hacen pensar que estamos dándole demasiado crédito a esta actividad. Es cierto que significa un aporte en diferentes términos, pero no es la única vía. Cateriano no supo leer esto de una manera más moderada restando el favor de bancadas como Frente Amplio y Frepap, partidos que tienen una agenda agrícola. En la parte de la reforma universitaria, creo que tiene un peso pero están exagerando el valor que ha tenido en la mediación del voto de confianza. La bancada de Podemos Perú es de alrededor de 20 congresistas. Fuera de esa bancada no hay una arremetida con votos contundentes como para hacer retroceder la reforma universitaria. Lo exagera el sector que apoya a Cateriano, la prensa liberal que quiere mostrar el cuento que es una pelea entre la mafia y la política decente y, para no reconocer su fracaso como políticos, sobredimensionan. Existe el interés mafioso, especialmente de Pepe Luna, estoy de acuerdo, pero no dominan el congreso y no eran imprescindibles para el voto de confianza.
Tras el Mensaje a la Nación del 28 de julio, el diario Expreso, medio opositor al gobierno de Martín Vizcarra y partidario del modelo económico actual, titulaba que el presidente había dado un discurso de otro planeta, pero el día que Pedro Cateriano asistió al Congreso titularon que era mesurado y conciliador. ¿Se podría interpretar esto como que Cateriano estaba más comprometido con los grupos de poder que con el Estado?
Ese viraje de 180 grados entre dos representantes de un mismo gobierno es una manifestación más de que querían darle un peso mayor a Cateriano para hegemonizar el control del gobierno incluso frente a Vizcarra. Ese era un plan de la derecha empresarial.
Que Pedro Cateriano no siga en el cargo luego de haber dado un discurso que priorizó lo económico por encima de la salud en el peor momento de la pandemia en el Perú, ¿es menos dramático de lo que se ha querido hacer ver?
Para mi es preocupante que no tengamos un gabinete. Pero también pienso que no es tan dramático como parece ser este grito en el cielo que han puesto estos grupos de poder económico insultando congresistas y calificando de mafias. Creo que hay una responsabilidad política del Congreso y mayor responsabilidad de Cateriano por haber presentado esa propuesta desconectada de la realidad. Pero se puede recomponer en poco tiempo y se debe volver al discurso de la defensa de la vida y la salud. La reactivación económica, que es muy importante, debe ser puesta en equilibrio. En estos momentos la humanidad está sufriendo algo muy devastador. No puede haber una propuesta política de espaldas a esta realidad. No se puede hacer política sin tomar en cuenta el sufrimiento que estamos pasando.
¿El gabinete encabezado por Walter Martos iría por la misma ruta?
Creo que los actores y la pugnas van a continuar. Lo que las hace posible es la lamentable crisis que abre un espacio de debilidad institucional en todos los frentes. Entonces, la Confiep y los sectores empresariales están con su proyecto de reactivar la economía. En el otro lado las organizaciones de derechos humanos van a seguir. Con este nuevo gabinete hay algunas señales diferentes. En el caso del Ministerio de Trabajo, Vizcarra está reconociendo que se puso a un elemento negativo básicamente haciéndole un favor personal a Cateriano. Ahora se ha puesto a una persona con cierta preparación. Veremos, ahora que se haga el escrutinio público, cuál es el nivel de esta persona. El Premier es un militar y eso envía un mensaje a la ciudadanía en un tiempo de inestabilidad. Es un mensaje político de bastante peso. En la parte económica y ambiental, la cosa está igual de mal. En el Ministerio del Ambiente se ha ratificado a una ministra (Kirla Echegaray) que tiene poca experiencia y poco compromiso y, por otro lado, se ha puesto al señor Luis Miguel Incháustegui en el Ministerio de Energía y Minas que proviene de ser funcionario de una de las empresas más importantes del mundo.
Cuando se eligió a Cateriano se dijo que el gobierno estaba mostrando un giro hacia la derecha, ¿alguna vez el gobierno de Martín Vizcarra tuvo tendencia de izquierda?
Que se le catalogue como un gobierno de izquierda dice mucho más de quienes lo dicen que del gobierno. Esa frase dice qué tan alejados de cualquier política redistributiva o respetuosa de los derechos humanos están. Quien puede calificar de izquierda, o hasta comunista, a Vizcarra tendría que ser alguien como Mussolini. Siento que este es un gobierno de centro-derecha y la derecha muy bien marcada por la defensa de la política macroeconómica que no ha variado un centímetro desde los años noventa. La política fiscal, tributaria, en materia de libre competencia o en regulación ha sido invariable. El Perú ha seguido la política ortodoxa del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Si no es un gobierno de izquierda, ¿por qué vemos al fujimorismo o aprismo atacar constantemente al gobierno si defienden el mismo modelo económico?
El enfrentamiento entre las universidades que han perdido su licenciamiento con la minería a la que Cateriano defendía, algunos hacen bien en leerlo como nuevos ricos versus viejos ricos. Los viejos mineros oligarcas que controlan el sector en alianza con las transnacionales se están enfrentando con los nuevos millonarios que han hecho su riqueza con las universidades. Resulta interesante leer también cómo sería esta disputa dentro del sector empresarial que mueve millones de soles en su capacidad adquisitiva. En la derecha también hay disputas internas. Por eso en las últimas elecciones vemos diez o quince candidatos de derecha. Hay derechas más democráticas, como el Partido Morado o Acción Popular, y derechas más fascistas, excluyentes y autoritarias, como el fujimorismo y aprismo.
Con un gobierno que toma decisiones pensando en el sector empresarial y los inevitables problemas económicos que dejará la pandemia, ¿está en riesgo la clase trabajadora ante la posibilidad de una flexibilización laboral que sea más favorable a los empresarios y deje de lado algunos derechos?
En estos momentos ya está ocurriendo. Ya hay una política nueva a nivel laboral y está teniendo sus repercusiones. Como sabemos, la mayoría de trabajadores informales han perdido sus puestos y se viene una ola de pobreza. Vamos a padecer los peores años después de varias décadas. Si bien va a haber este intento por intensificar la regulación laboral, la sociedad peruana, la gente más sufrida, ha demostrado su capacidad de sobreponerse y luchar por dignidad humana. Así como temo por las remetidas empresariales, deposito mi esperanza en la capacidad de lucha del pueblo peruano para contener al capitalismo salvaje.
¿Cómo ve el panorama para las elecciones de 2021?
Ante tanta inestabilidad y debilidad institucional, lo que hay es un escenario para una ruleta rusa. Puede venir un presidente con un discurso demagógico que en realidad esconda una política fascista como Jair Bolsonaro, que fue votado por los sectores más pobres de Brasil. Tenemos personajes como Daniel Urresti que encarnan una respuesta autoritaria a la crisis. Pero también es posible construir políticas que defiendan a los derechos humanos y a la clase trabajadora. Depende de la capacidad que tengan los sectores progresistas.
Durante esta pandemia se ha visto al sector privado ceder muy poco, como ocurrió con las clínicas, ¿genera preocupación que a representantes de este sector, como es el caso de Carlos Neuhaus, se les haya encargado liderar el Comando Vacuna?
Sé que este señor Neuhaus estuvo a cargo de los Juegos Panamericanos y ganó una reputación gracias a esa buena gestión, pero principalmente apoyado por sus amigos. Espero que no esté sometido a otros intereses. De todas las cosas que pueden componer el interés público en estos momentos, las vacunas son la prioridad número uno para el país. Espero que no esté en defensa de intereses privados sino apelando a su compromiso humano y que su designación haya obedecido a la calidad de gestión. Pero, cuando empiece la distribución de la vacuna, espero que el Comando Vacuna sea más amplio para garantizar una distribución rápida y eficaz.
¿Se le debe dar mayor participación al sector privado en la lucha contra el Coronavirus?
Lo que donen que sea de manera altruista y no con un interés de ganar algo ulterior. Porque eso lo ha hecho Southern en el Valle de Tambo para ganar el favor de ciertos sectores y que les dejen implementar el proyecto minero al que el 90% de la población se opone. Cuando hay una donación verdadera es sin fotografías y sin entrevistas. La iglesia, que está donando plantas de oxígeno en Amazonas, no está pidiendo una fotografía para el párroco. Así debería actuar el sector privado. No necesita que el gobierno les haga un reconocimiento especial.
¿El discurso de la minería como la gran fuente de riqueza podría derivar en que se impongan por la fuerza proyectos mineros que la población desaprueba o que generan daño ambiental?
Eso es lo que tememos. Los que conocemos de cerca el impacto de la minería en lo social y ambiental tememos que esta reactivación sea usada como excusa para implementar proyectos que no cuentan con licencia social. El discurso del país minero esconde la diversidad que mantenemos como país y la potencialidad que tenemos en diversos sectores económicos, como agricultura o pesquería. No conozco ningún país en el mundo que haya creado desarrollo sostenible dependiendo de una sola actividad económica y que encima esta sea primario exportadora. Eso no genera industria, manufactura o empleo.
Si se llega a decretar una nueva cuarentena, ¿el Perú está en condiciones de otorgar un bono que llegue a la cantidad de personas que lo requiere?
Según lo que he leído del expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), Oscar Dancourt, es posible macroeconómicamente que el Estado peruano otorgue un bono sin afectar de manera irreversible la macroeconomía del país. Financieramente es posible. Pero no hay voluntad política, ni el sector empresarial aceptaría este tipo de bonos porque enviaría, a su parecer, un mensaje negativo a la población. Por eso la derecha se ha opuesto a un bono universal. Temen ese discurso de otorgar bonos sea utilizado como una política que va a cambiar la política social del gobierno. Temen una inversión pública en derechos sociales. Por ello, no creo que haya condiciones para que el gobierno apruebe un bono en estos momentos.

Escrito por

Cristian Rebosio

25 años / Comunicador / Lima, Perú / Twitter: @crebosio95


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