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“No hubo desavenencias entre políticos por el manejo de la pandemia”

Entrevista de Cristian Rebosio a la periodista argentina Silvina Márquez

Publicado: 2020-08-06
Apenas cuatro días después del inicio de la cuarentena en Perú, el gobierno de Alberto Fernández optó por esta misma medida para contener el avance de la pandemia del Coronavirus en Argentina y poder preparar el sistema de salud. Casi cinco meses después, Argentina, como la mayoría de países de la región, afronta uno de los momentos más críticos ante el aumento de casos. En esta entrevista, Silvina Márquez, periodista argentina y corresponsal del canal alemán ZDF, analiza la situación de un país que ha tenido que afrontar la pandemia con un gobierno que asumió el mes de diciembre y tras meses de una fuerte grieta política.

¿Cuál es la situación actual de Argentina? ¿Se ha podido controlar la pandemia?
El gobierno anunció el 19 de marzo una cuarentena absoluta que duró cerca de un mes y luego se fue flexibilizando. Al principio solo se podía ir al supermercado o a la farmacia. Esto frenó el crecimiento desmedido que hay en Perú, Ecuador o Chile. Pero ayer hemos pasado los cuatro mil muertos desde el inicio de la pandemia. Los focos más grandes están en la ciudad de Buenos Aires, que es por donde ingresan los aviones del exterior, y también en la provincia de Buenos Aires. Ayer tuvimos, en la ciudad de Buenos Aires, que tiene tres millones de habitantes, 1371 casos y en la provincia hubo 4337 casos. Entre la ciudad y los alrededores hay cerca de seis mil infectados en un día. En la provincia están con más de cuatro mil casos diarios desde hace varios días. En Jujuy, que es una provincia que queda al norte, estaban por iniciar las clases y ayer hubo 270 casos. La situación en Argentina está más descontrolada de lo que originalmente estaba. No obstante, Argentina sigue siendo un país que lo tiene relativamente bajo control.
¿Se está realizando un número constante de pruebas moleculares?
Estábamos en trece y catorce mil test diarios. Es un número muy bajo para lo que es Argentina. Lo que dicen es que no hay suficientes pruebas. El nuevo concepto es solo testear a los que tienen síntomas. Debe haber un número mucho mayor de personas contagiadas y de asintomáticos. En Argentina, y sobre todo en Buenos Aires, se subtestea.
¿Hay una estrategia de seguimiento a quienes han sido contagiados?
Sí la hay oficialmente, pero no se está poniendo en práctica. Las autoridades dejaron pasar demasiado tiempo desde el inicio de la cuarentena, que era para preparar el sistema de salud y evitar su colapso, y no hicieron todos los testeos que tenían que hacer en las primeras semanas. De hecho existe un plan en la ciudad de Buenos Aires que se llama “Detectar” que, teóricamente, va a los lugares donde más concentración de personas hay, como las villas de emergencia. Lo que hacían era rastrear a los contactos de los infectados y los aislaban tuvieran o no los síntomas. Pero se fue desdibujando con el tiempo porque son muchísimos los casos. Hay un relajamiento en los testeos y en el rastreo. Por otro lado, tienes lugares donde se aísla a las personas que no están graves. Esto lo hacen en hoteles donde están los enfermos que no tienen cómo vivir solos y es pagado por el gobierno. También hay centros de aislamiento para gente de bajos recursos. Pero ya no hay capacidad para testear a tanta gente.
¿Se ha optado por entregar bonos a la población que no puede trabajar por la cuarentena? ¿Cómo deciden quiénes lo recibirán?
Vamos por el cuarto pago de lo que se llama IFE (Ingreso Familiar de Emergencia). Las personas lo tienen que pedir por internet. Lo que revisan es cuánto estabas cobrando hace un año y cuanto ahora. Pero en Argentina, con una inflación galopante, es absurdo. Trece millones pidieron subsidio y nueve lo recibieron. Incluye a los informales. En este momento no se puede hacer demasiada diferencia.
¿Cómo está trabajando el gobierno la reactivación económica?
Hay un plan de la ciudad de Buenos Aires, distinto al de la provincia, que es un regreso escalonado de la actividad económica. Esta semana han abierto más comercios. Antes estábamos con lo que se denominaba esencial. Ahora ya hasta se puede ir a comprar ropa. Los restaurantes pueden atender entregando los pedidos en la puerta y los delivery están funcionando como durante toda la cuarentena. La semana pasada abrieron las peluquerías luego de cuatro meses y medio, pero con un protocolo. La gastronomía en Buenos Aires es un negocio muy importante. Hay miles de locales y el turismo, que ahora no hay, es fundamental. Lo que me decía el dueño de un bar es que, incluso si le permiten atender clientes, va a tener pérdidas por la falta de turistas.
Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, dijo hace unos días que podrían volver a una cuarentena más estricta si seguían aumentando los casos. ¿Esto está cerca de ocurrir?
Es posible. Ya lo hicieron a inicios de julio. Pero ya nadie obedece. Lo que se dice es que la cuarentena no puede ser más una medida de prevención porque la gente no está obedeciendo. La gente va a trabajar, los jóvenes se reúnen a hacer un asado y tienen una vida social todo lo activa que pueden. Hasta ahora todo mundo ya estaba visitando a sus familiares.
¿Existe la posibilidad de un toque de queda?
Eso sería una catástrofe. Hubo en varias ciudades al interior del país y empezaba desde las tres de la tarde en algunos pueblos. Hoy, poner un toque de queda luego de cinco meses es ridículo. Traería muchas críticas para el gobierno y sería una medida muy impopular. Si viene una catástrofe y la gente está muriendo porque no hay más hospitales podría pasar, como en Ecuador. Pero eso no ha pasado aquí. Todavía no ha colapsado nada.
¿La grieta política que existe entre el kirchnerismo y Cambiemos (agrupación política del expresidente Mauricio Macri) ha sido un obstáculo para tomar decisiones durante la pandemia?
Hay una unión en la parte política. No ha habido grandes desentendimientos entre políticos. El gobierno nacional es kirchnerista o peronista, porque Alberto Fernández (presidente de Argentina) es peronista pero tiene una vicepresidenta que es Cristina Fernández de Kirchner, el gobierno de la provincia de Buenos Aires también es kirchnerista-peronista con Axel Kicillof y la ciudad de Buenos Aires, con Horacio Rodríguez Larreta, es macrista de Cambiemos. Ha habido muy buena sintonía entre ellos. Por ejemplo el gobernador de Jujuy, donde ahora hay tantos casos, es de Cambiemos y el de Córdoba es peronista, pero se han puesto de acuerdo y han conversado entre ellos. Alberto Fernández tiene dialogo con todos y no hubo desavenencias entre políticos por el manejo de la pandemia. Lo que sí hubo es críticas de los diputados de Cambiemos que cuestionan muchísimo a los políticos peronistas y también entre los ciudadanos que van cada quince días al Obelisco, que es el símbolo se la ciudad, para pedir que se renuncie Alberto Fernández. Existen esos opositores fanatizados, pero, más que ser de Cambiemos, son antiperonistas y antikirchneristas.
En las redes sociales se pudo ver que Mauricio Macri apoyó estas manifestaciones
Estamos con más casos, cómo puede salir a apoyar una marcha en la que no usaban barbijo ni había distancia social. No deberías hacer eso si eres un referente político.
¿Este tipo de actitudes por parte de Mauricio Macri no perjudicó la relación entre el gobierno y los gobernadores de Cambiemos?
Si bien Macri todavía es líder de Cambiemos, es un tipo que no tiene mucha experiencia política. No es un político de alma. Empezó siendo presidente de Boca Juniors. No es un político de raza. Es un tipo que tenía muchísimas ambiciones, llegó a ser jefe de gobierno de la ciudad y luego presidente. Su decepción al no haber sido reelegido fue tremenda y de igual forma para sus votantes. Hoy todavía hay amargura y resentimiento por haber perdido y no se han hecho cargo de sus errores. Lo que pueda decir Macri no tiene peso político, es más para fidelizar a sus militantes de Cambiemos y darles ínfulas. No es un estadista, nunca lo fue y no lo va a ser.
¿Cómo han tomado los militantes de Cambiemos que Mauricio Macri, líder de esta agrupación y quien días atrás afirmaba que la libertad estaba en peligro, haya viajado a Europa en plena crisis?
Les encanta, porque molesta a los peronistas. Cualquiera con dos dedos de frente lo critica. Cómo va a salir un expresidente que dejó un país con una deuda muy grande a jugar golf en la Costa Azul (Francia).
¿Mauricio Macri tiene interés en volver a postular?
No creo. La propia gente que lo acompaña sabe que no lo puede hacer. Por eso ahora hablan del jefe de gobierno de la ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, como un posible candidato. La otra que les gusta es María Eugenia Vidal, que fue gobernadora de la provincia, pero ella vivió diciendo que estaba haciendo todo bien y que la provincia era menos pobre cuando la provincia siempre fue pobre y siempre tuvo problemas de estructura, sistema de salud, etc. A ella la tenían como candidata porque tiene carisma y, a mi gusto, es una buena actriz porque miente bien. Pero no creo que nadie esté pensando en Mauricio Macri como candidato presidencial.
¿Cómo está manejando el gobierno de Alberto Fernández el tema de la deuda?
Ayer se llegó a un acuerdo con los acreedores. Lo que se reestructuró fueron 66 500 millones de dólares. Se hizo un acuerdo según el cual se va a pagar más lentamente de los previsto y también se van a bajar los intereses. Pero de todas maneras es una espada que los argentinos tenemos sobre el cuello. Porque este gobierno se va pero la deuda sigue. Ahora el próximo paso es negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le prestó a Mauricio Macri 57 500 millones de dólares y teníamos que pagarlo en tres años.
¿Cómo ha impactado la pandemia en la popularidad del presidente?
Ha bajado su popularidad. En las últimas encuestas tiene menos. No es un desastre porque tampoco es que lo odian. Pero no es para menos porque tiene que manejar una pandemia mientras la gente tiene que trabajar y además recibe mucha crítica por cómo manejaron la cuarentena.
¿Las medidas tomadas durante la cuarentena ponen en riesgo las posibilidades del kirchnerismo para volver a la presidencia?
Alberto Fernández asumió en diciembre del año pasado y llevamos meses con la pandemia. Es muy pronto para saber lo que pasará en tres años. Aunque el año próximo será un buen termómetro, aunque no definitivo, porque habrá una elección legislativa que se realiza cada dos años. Será como una especie de medidor de confianza.
¿El sector privado ha colaborado con el gobierno durante la pandemia?
No, porque el sector privado está muy acotado en su capacidad de producir. No he visto grandes acciones ni que se junten las principales empresas. Pero hay muchas iniciativas solidarias en los comedores populares que aumentaron en un 300% durante la pandemia.
¿Se han iniciado gestiones para la llegada de la vacuna a Argentina?
Hay un infectólogo argentino que está trabajando con el laboratorio Pfizer, que es uno de los que está haciendo la vacuna, y Argentina es uno de los países en donde se están haciendo los test. Hay una cantidad de la población que va a recibir la vacuna y van a hacer un seguimiento de los efectos. Pero no se sabe qué va a pasar luego.
¿Por qué en Argentina se ven tantas marchas anticuarentena?
Está relacionado con la grieta. Como los votantes macristas tienen la idea de que cuidan la república y las libertades, les queda bien el discurso anticuarentena. El votante macrista usa su postulado para oponerse. También están los conspiranoicos que creen que es mentira y que lo inventó George Soros para diezmar a la población mundial y llevarse los alimentos.

Escrito por

Cristian Rebosio

25 años / Comunicador / Lima, Perú / Twitter: @crebosio95


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