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“Que estemos en una pandemia no implica que debamos dejar de lado los derechos de las personas LGTBI”

Entrevista de Cristian Rebosio a David Arguedas de Promsex

Publicado: 2020-06-28
Como ha ocurrido con otras fechas importantes durante la pandemia, el Día Internacional del Orgullo LGTBI no ha podido ser celebrado con el tradicional desfile que se realiza alrededor de todo el mundo celebrando la diversidad. No obstante, este contexto le ha dado un significado más importante a este día debido a que la comunidad LGTBI ha sido uno de los grupos que más ha sufrido la situación vivida durante la cuarentena. Al respecto, David Arguedas, asesor de fortalecimiento de capacidades en el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex), comenta la situación de esta población en el Perú durante los tiempos de pandemia y su lucha histórica.

¿Cómo ha continuado el trabajo de Promsex durante época de cuarentena?
Habíamos decidido realizar trabajo remoto antes que lo anuncie el gobierno. Pero gran parte de las labores que hacemos tienen que ver con talleres de capacitación y, por ello, nos hemos tenido que adaptar. Ha sido un proceso interesante que ha exigido mucho trabajo. Felizmente, quienes trabajamos aquí estamos muy comprometidos y hemos podido sortear esto, pero no podemos evitar ver lo que ocurre en el país. Somos una organización que se enfoca en los derechos sexuales y reproductivos, hacemos mucha incidencia política y nos hemos dado cuenta de varias deficiencias y cómo ha aumentado la precariedad en esta época. Ha sido bien penoso comprobar que las desigualdades en nuestro país siguen latentes y probablemente se hayan acentuado.
Durante las primeras semanas de la cuarentena se registraron varios casos de homofobia y transfobia, ¿pensaron que algo así podía ocurrir?
La implementación del llamado “Pico y género” trajo una sorpresa bastante desagradable. Ya veníamos viendo la experiencia que se había vivido en Panamá, en donde se estaban vulnerando derechos de las personas transexuales. Cuando el Estado dio esta medida, alertamos al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, al Ministerio de Justicia, a la Presidencia del Consejo de Ministros y Presidencia de la república para que atiendan la situación de las personas transexuales porque sabíamos que con esta medida se iban a vulnerar muchos derechos. A los pocos días de aprobada esta medida, en las redes sociales de muchas organizaciones se visibilizó cómo la policía y miembros del ejército maltrataban a las personas transexuales al pedirles un DNI que, quienes estudiamos temas de género, sabemos que no los representa. A pesar de las declaraciones del entonces Ministro del Interior (Carlos Morán), la Ministra de la Mujer e incluso del Presidente, hubieron muchos abusos y mucha violencia hacia las personas transexuales. Se les obligaba realizar ejercicios y decir que querían ser hombres.
¿Que esta violencia provenga de la Policía Nacional del Perú y Fuerzas Armadas muestra lo normalizada que está en el Perú?
Es parte de una violencia institucional que las personas transexuales la sienten y viven como parte de su cotidianidad. Incluso en un contexto en que no había pandemia, las personas transexuales desconfiaban de la policía y hasta se resisten a realizar denuncias porque saben que van a ser revictimizadas o los policías se van a burlar de ellas. Lamentablemente en nuestro país no hay leyes que las protegen. No hay una ley de identidad de género, pese a que se viene exigiendo. Hasta el momento el proyecto de ley que se presentó en 2016 aún ni siquiera es discutido en la Comisión de la Mujer.
¿La Defensoría del Pueblo se involucró?
Pusieron un teléfono para que personas transexuales o de genero no binario puedan denunciar. Es de las pocas instituciones públicas comprometidas con los derechos de las personas LGTBI.
Cuando esto ocurrió, el presidente Martin Vizcarra se pronunció en contra de la transfobia, ¿sientes que desde el Ejecutivo hubo un interés real en evitar estos abusos?
Hay que reconocer que las autoridades mostraron un compromiso para con las personas LGTBI y quisieron evitar que haya vulneraciones de derechos. La realidad es que, más allá de los discursos políticos de las autoridades, se tiene que realizar una labor mucho más intensa con los funcionarios del propio Estado. Porque, por ejemplo, lo que sucedió fue que los propios policías no entendían a lo que se habían referido las autoridades. Entonces urge hace una labor pedagógica para que la Policía Nacional del Perú y las Fuerzas Armadas sepan sobre la diversidad sexual y entiendan los problemas de la comunidad LGTBI. La PNP tiene un manual de Derechos Humanos, pero hace falta un mayor compromiso para que se aplique y no se siga viendo violencia hacia las personas LGTBI.
¿Hay predisposición para que ocurran esos cambios?
Reconozco que desde el Ministerio de la Mujer y el Ministerio de Justicia ha habido un mayor compromiso con las personas LGTBI. De hecho, prepararon un material en donde daban cuenta del compromiso con la diversidad sexual y de género. Incluso hay dos mesas de trabajo en donde recogen las principales afectaciones que se viven. Por otro lado, el Ministerio de Justicia lleva adelante el Plan Nacional de Derechos Humanos y ahí hay un capitulo en que se consigna a las personas LGTBI como parte de las poblaciones vulnerables. Ha habido avances para lograr un mayor respeto. Pero, pese a ello, consideramos que falta realizar una labor mucho más intensa de promoción de derechos. Aunque en el Legislativo todavía se ve mucha resistencia. No hay ley de identidad de género ni del matrimonio igualitario. Necesitamos que desde el Congreso de la Republica haya un mayor compromiso. De lo contrario, las personas LGTBI seguirán siendo ciudadanos se segunda categoría.
¿Consideras que entre los actuales congresistas hay gente comprometida con la comunidad LGTBI?
Este congreso está siendo decepcionante en varios aspectos. Aunque sí hemos notado que algunos integrantes tienen interés en defender los derechos de las personas LGTBI, como es el caso de Rocío Silva Santisteban, Mirtha Vásquez, Enrique Fernández Chacón, Alberto De Belaunde, Carolina Lizárraga y Gino Costa, congresistas de Frente Amplio y Partido Morado, son los que se han mostrado interesados. Pero siento que son como personas aisladas dentro del congreso. No obstante, los temas que nos conciernen no se han discutido. El problema con el congreso es que funciona acorde a la coyuntura, entonces es bastante complicado que lleven adelante una agenda en favor a los derechos humanos LGTBI.
Si es un congreso que se maneja acorde a la coyuntura y encima tenemos un gran sector de la población que minimiza la importancia de los derechos de las personas LGTBI, ¿se podría decir que es poco probable que se den cambios?
El hecho de que estemos en una pandemia no implica que debamos dejar de lado la discusión sobre derechos de las personas LGTBI. Justamente este contexto ha visibilizado la realidad tan precaria y difícil que viven personas de la comunidad. Restarle importancia sería cerrarnos ante una realidad que ocurre. No se puede poner como excusa una pandemia para evitar tocar los temas relacionados a las comunidad LGTBI, porque precisamente este es el momento para reconocer que no todas las personas viven en igualdad y dignidad. Es importante que el contexto de pandemia nos movilice para pensar en los temas que están pendientes.
Estamos en el mes del orgullo LGTBI y varias empresas manifiestan su apoyo a la comunidad. Sin embargo, muchas de estas son aportantes de agrupaciones políticas que son ultraconservadoras. ¿Hay un verdadero apoyo del empresariado a la búsqueda de un país con igualdad?
La lógica capitalista busca únicamente atraer a cierto público para venderles ciertos productos y no existe un compromiso real. Porque más allá que una empresa cambie sus colores, qué pasa con los trabajadores LGTBI de esta empresa. ¿Tienen todos sus derechos laborales? ¿pueden asegurar a sus parejas? ¿aceptan a personas transexuales para que trabajen en sus empresas? Se debe exigir un compromiso real.
¿Preocupa que partidos políticos, como el de Antauro Humala, con ideas claramente homofóbicas hayan obtenido un porcentaje importante de votos en las últimas elecciones o fue un voto de disconformidad con la clase política que no refleja necesariamente una tendencia del electorado nacional?
Estas últimas elecciones no generaban muchas expectativas en la población y eso produjo los resultados que finalmente tuvimos. Sí preocupa el discurso fundamentalista y anti derechos que se aleja del objetivo de igualdad. Es necesario que los partidos políticos no alienten discursos de odio y, por el contrario, se comprometan a reconocer los derechos de poblaciones que han sido invisibilizadas. Reconocemos que el Perú ha sido un país conservador, pero también hay responsabilidad de los políticos de reconocer la igualdad. Aunque, en los últimos años, las personas jóvenes han apoyado estos objetivos y han sido agentes de cambio en los ámbitos en que se desenvuelven.
Promsex también se involucra en los derechos reproductivos y deben haber visto lo ocurrido durante los últimos años en Argentina con respecto a la lucha por el aborto legal. ¿Esta discusión podría llegar al Perú en un futuro cercano?
El caso Argentina fue inspirador para todos los países en donde no hay una ley de aborto seguro y gratuito. Aspiro que tengamos pronto este debate. Lamentablemente el Perú todavía es muy conservador y tiene ideas ligadas al catolicismo y la religiosidad. Sin embargo, lo que tenemos que poner en evidencia es que muchas mujeres mueren haciéndose abortos clandestinos. El hecho de que no hablemos del tema no significa que no ocurra. Ciertamente, la violencia sexual es una problemática que está latente. Muchas niñas quedan embarazadas por culpa de sus familiares y es importante que tengamos esta discusión pronto para evitar que las mujeres y las niñas sigan muriendo.
Sin embargo, pese a ser un país que podría ser catalogado como conservador y “provida”, resulta muy fácil encontrar lugares en que se realizan abortos. ¿somos una sociedad hipócrita?
Yo diría que quienes estamos en favor del aborto seguro y gratuito nos apropiemos de la palabra vida. Porque somos nosotros quienes queremos que no mueran las mujeres. Muchas personas fundamentalistas llevan adelante la idea de que son “próvida” cuando le niegan la posibilidad de seguir viviendo a muchas mujeres. Ciertamente el Perú es una sociedad contradictoria en muchos aspectos. Por un lado se muestra en contra de que las mujeres accedan al aborto y, por otro, llevan de manera clandestina a que una persona se haga un aborto y su salud esté en peligro. Resulta fundamental que se tenga una discusión amplia sobre el tema.
En esta postura contra el aborto, ¿podría tener que ver el pensamiento machista que ve a la mujer como un ser que tiene la obligación de querer ser madre?
Tenemos un sistema sexo - género en donde se alienta que el hombre y las mujeres cumplan estos roles que se asumían como naturales. Se acepta la idea de que la mujer tiene que ser madre y aceptar maternidades impuestas. La maternidad tendría que ser aceptada por las propias mujeres. Es una expresión del machismo y de una sociedad patriarcal pensar que las mujeres tienen que aceptar la maternidad. Las mujeres pueden vivir su vida sexual y nadie tiene que culparlas por hacerlo. Pero esto ocurre en el Perú. Cuando se sabe que una mujer vive su vida sexual es blanco de estereotipos y de estigmas. Por ello es importante la educación sexual integral con enfoque de género para desterrar estas ideas que vienen de muchas décadas.

Escrito por

Cristian Rebosio

25 años / Comunicador / Lima, Perú / Twitter: @crebosio95


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