Apertura al desastre
Este jueves los centros comerciales del país podrán volver a abrir sus puertas. Han pasado más de tres meses desde aquel domingo en que los peruanos asistieron por última vez y desde este día se empezará a intentar retornar a la normalidad que se vivía en marzo. En otro país, la reapertura de los centros comerciales sería un motivo de celebración, porque se entendería como un indicador de mejoría en la contención del Covid-19. Lamentablemente, este no es el caso del Perú.
La reapertura de centros comerciales, que es un paso más en el plan de reactivación económica que siguió su rumbo sin importar la situación de la curva de contagios, ha llegado en un momento en que la situación del Coronavirus en el país no ha mostrado claros indicios de mejoría. De hecho, con el número de casos reportados el día miércoles, Perú ha superado a Italia para ubicarse en el puesto siete a nivel mundial como uno de los países con más personas infectadas con Coronavirus.
Pese a este panorama que genera desconcierto y un lógico temor, los grandes grupos empresariales han celebrado que el gobierno avale esta reapertura. Por el contrario, María Isabel León, presidenta de Confiep, dobló la apuesta y pidió, a menos de dos semanas del final de la prórroga de la cuarentena, que se les permita a todos los sectores reanudar sus actividades.
Además, y como era de esperarse, un sector de la clase política ha decidido politizar el debate sobre las medidas a seguir para forzar esa reanudación de actividades que Confiep también apoya. En esa línea, algunos han querido dar a entender que apoyar el levantamiento de la cuarentena es necesario y que lo contrario es atentar contra la economía y convertirse en una dictadura castrochavista.
Sin embargo, basta ver lo que ocurre en otros países de la región para entender que priorizar la salud de la población debe ser una obligación y no un debate de derecha contra izquierda, pese a que los primeros lo quieran llevar por ese lago. Actualmente, se puede observar que el gobierno de Colombia, donde el presidente Ivan Duque es un político de derecha, considera la posibilidad de retornar a una cuarentena más estricta debido al incremento de casos pese a que apenas han superado los 57 mil casos. Una situación similar experimentan en Argentina, donde Alberto Fernández, un mandatario más cercano al socialismo, planea el retorno a fase 1 de la cuarentena luego de varios días en que han superado los mil casos por día.
Los más de 240 mil casos de Coronavirus en el Perú deberían llevar al presidente Martín Vizcarra a replantearse el camino que está eligiendo para el Perú. Hoy, no está decidiendo si quedará pegado a la izquierda o a la derecha, está decidiendo si evitará un desastre nacional o si insistirá con un descabellado plan de reactivación.