Faltan cuatro días para que termine el periodo de aislamiento social decretado por el gobierno el pasado quince de marzo. Para algunos ha sido una experiencia mentalmente agotadora por el estrés que puede generar la imposibilidad de circular en las calles libremente y para otros, los que viven en una situación de precariedad económica, además de estresante ha sido un tiempo de desconcierto debido a que se vieron sin ingresos durante estas semanas.

No obstante, y si bien quedan muchos puntos por ajustar en la estrategia del gobierno, se puede decir sin duda alguna que Perú está en la ruta ideal. El aislamiento social, que nuestro país sancionó cuando los casos de Coronavirus no llegaban a cien, ha sido aplicado en días posteriores por varios países de Sudamérica y el tiempo que demoraron en hacerlo ha tenido terribles consecuencias en la rapidez con que se expandió este virus.

En Colombia, el aislamiento social recién entró en vigencia el 24 de marzo y a la fecha suman 378 casos que en el último día aumentaron en un 23% respecto al día anterior. Mientras que, en Argentina, el gobierno de Alberto Fernández optó por esta medida el 20 de marzo y actualmente cuentan con 387 casos mostrando también un dramático incremento cada día cuando recién dos semanas después del aislamiento social es que se supone que la curva de casos se desacelere. Por supuesto los números más dramáticos se ven el Chile y Brasil, los mandatarios de ambos países, Sebastián Piñera y Jair Bolsonaro, se niegan a la aplicación de la cuarentena obligatoria y, hasta el miércoles, Chile registraba más de mil casos mientras que Brasil se aproxima a los dos mil quinientos.

Que se tiene que mejorar la capacidad para atender nuevos casos y ampliar la lista de beneficiados con el bono de 380 soles es innegable. Pero que este alto a las actividades regulares del país es imprescindible para ganarle la batalla a la propagación del Coronavirus debe estar fuera de discusión.