En circunstancias normales, las falencias del sistema de salud suelen ser alarmantes. Pacientes con graves afecciones deben esperar meses para ser atendidos u operados si su situación lo amerita. Por ello, es innegable que ante una situación inusual, como la que ha desatado la propagación del Coronavirus a nivel mundial, el Perú esté más expuesto.

Si bien es importante evitar el sensacionalismo y resaltar que la gran mayoría de personas contagiadas tienen altas probabilidades de recuperarse, el Coronavirus no deja de ser nuevo para los expertos de la salud y por ello la prevención y atención de los casos existentes en territorio nacional siguen siendo de suma importancia.

En este marco, la decisión del gobierno de suspender las clases de colegios privados y públicos durante las próximas semanas es acertada. No obstante, resulta insuficiente. Es necesario que también se suspendan las actividades de universidades e institutos. Además, los eventos deportivos, como los partidos del torneo de fútbol, deberían realizarse sin público.

Aunque en Europa, el continente donde más rápido se está propagando el Coronavirus, no tiene a todos los países tomando este tipo de medidas, la precariedad del sistema de salud peruano y su predisposición a colapsar debería motivar a que este tipo de decisiones se tomen ahora incluso cuando la cifra de personas infectadas en el territorio nacional no supera los tres dígitos.