¿Tradición aprista?
El programa 'Cuarto Poder' presentó el día domingo un reportaje en que se expuso el verdadero trabajo de la excongresista Luciana León durante su último periodo en el parlamento. La integrante de la bancada aprista no estaba luchando contra el comunismo y la dictadura, lo que según sus compañeros fue el rol del Apra en el parlamento, sino sacándole el máximo provecho a su puesto como congresista para favorecer a los negocios de su hermano, usando al personal de la policía para que le hagan movilidad a sus familiares, mandando a empleados del congreso a que compren víveres para su casa y hasta aprovechaba el resto de su tiempo para instruir a los futuros candidatos del partido de la estrella para que mientan sobre los aportes de campaña.
Ante estas pruebas irrefutables era previsible que el Apra demore en pronunciarse de manera oficial, pero ya se ha podido leer a algunos militantes pedir la expulsión de Luciana León y hasta se la ha llamado traidora. No obstante, el accionar de la exparlamentaria está lejos de ser un caso aislado y más pareciera que su forma de proceder respondió a una tradición aprista.
Como se recuerda, su padre, Rómulo León, también estuvo involucrado en temas ilícitos y, aunque Alan García, por entonces presidente, condenó públicamente las acciones de León y hasta lo llamó 'rata', el tráfico de influencias siempre ha sido una sombra que persiguió a todo el partido de Haya de la Torre y no a pocos personajes, como sus defensores lo quieren hacer ver.
Si el Apra tenía alguna esperanza en recuperarse del revés que sufrieron en las elecciones del pasado mes de enero y volver al hemiciclo en 2021, los chats de Luciana León demuestran que dentro esta agrupación política no existe la más mínima voluntad de cambiar y que las nuevas generaciones de apristas son instruidas por lo peor de su pasado.