Este viernes se abrió un nuevo capítulo en la historia del congreso. Con la entrega de credenciales del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) a quienes ocuparán las 130 curules la clase política peruana, renovada en un pequeño porcentaje, tiene una nueva oportunidad para recuperar la confianza de un pueblo peruano que estará más vigilante que en oportunidades anteriores.

Si bien hay posiciones predecibles como el obstruccionismo por parte de Fuerza Popular que tendrá como cabeza de bancada a la siempre conflictiva Martha Chávez, el resto de agrupaciones políticas empezarán su labor parlamentaria sin que la población tenga una opinión contundente sobre ellos.

Sin duda una de las principales demandas de la población a sus nuevos congresistas será el apoyo a la lucha contra la corrupción y no quedan dudas que ante el más mínimo atisbo de impunidad para los implicados en el caso Odebrecht el pueblo peruano no tendrá inconvenientes en cobrarles esa traición negándoles la posibilidad de entrar al próximo congreso como ya hizo con el Apra.

Además, la búsqueda de un país descentralizado en donde la atención no esté centrada únicamente en Lima también ocupará un lugar muy importante en la lista de exigencias. Las curules alcanzadas por partidos poco conocidos en la capital demuestran que hoy este no es un tema menor para un gran sector de la población.

La clase política afrontará una etapa decisiva en la historia política del Perú y en un momento complicado para Sudamérica en el cual se agotó paciencia con quienes pretenden gobernar para los ricos y darle la espalda al pueblo.