Ocaso aprista
Con mucha menos convocatoria de la que alguna vez supo tener, el Apra reunió a sus militantes la noche del viernes para recibir el Día de la Fraternidad. Las épocas en que esta celebración ocupaba varias cuadras de la avenida Alfonso Ugarte hoy son un recuerdo muy lejano y para encontrar una de las razones de este ocaso aprista basta mirar a uno de los personajes que encabezaba este acto.
Pese a que en las elecciones internas del Apra y en las elecciones generales del pasado 26 de enero fue claro que Mauricio Mulder no representa a la mayoría de apristas y mucho menos al pueblo peruano, el excongresista y hombre de confianza de Alan García insistió en tomar protagonismo e imponerse como líder.
Si a ello le sumamos que entre la renovación de caras del Apra está Mijael Garrido Lecca, un comunicador muy cuestionado por sus constantes mentiras, y la posible inclusión de Carla García, hija de Alan García, en la lista de candidatos para el congreso de 2021, resulta difícil creer que el partido de Haya de la Torre algún día pueda siquiera volver a formar una bancada en el hemiciclo.
Hoy el Apra es un partido que ha envejecido y no de buena forma. Al contrario, lo ha hecho consumido por esa enfermedad degenerativa que es la corrupción y el cinismo que transmite cuando la intenta ocultar. Esto ha llevado a que sea una tarea imposible la obtención de nuevos militantes e incluso los hijos de apristas intentan tomar distancia de esta agrupación política. La falta de propuestas que se adapten a las nuevas épocas y el legado del 'alanismo' parecen haberlos conducido a un camino sin retorno a la desaparición.