Solidaridad de clase
A diario vemos noticias sobre capturas de delincuentes. Muchos de ellos son personas de bajos recursos víctimas de la pobreza extrema y del abandono por parte del Estado que han terminado involucrados en una vida delincuencial. La reacción del resto la población al verlos en manos de la justicia es de algarabía y, lejos de esperar que el sistema penitenciario los pueda reinsertar en la sociedad, desean que queden encarcelados para siempre sin importar la edad. No obstante, la situación cuando el detenido es un político se torna radicalmente distinta.
La semana pasada se dictó prisión preventiva contra Luis Castañeda, exalcalde de Lima, y desde que se conoció la decisión de la justicia no se ha visto otra cosa que una exagerada compasión hacia quien estuvo por varios periodos en la Municipalidad de Lima. Pero este caso no fue una excepción. Cuando la involucrada fue Keiko Fujimori o alguno de sus trabajadores de Fuerza Popular la reacción fue la misma.
Es por ello que nos debemos cuestionar el por qué de esta solidaridad de clase que se limita a quienes pertenecen a la clase alta de la política. Porque mientras que con delincuentes comunes no se tiene un ápice de misericordia, ni con ellos ni con sus familias, y se les ve como personas que nunca podrán cambiar su estilo de vida, a los políticos se les da un trato especial incluso cuando es sabido por todos que el trato que recibirán en el penal será privilegiado y que, si padecen alguna enfermedad, tendrán la posibilidad de acceder a las mejores clínicas del país.
Si como sociedad queremos instalar una cultura compasiva y solidaria con quienes optaron por un camino errado sería una excelente iniciativa, pero se debe empezar a aplicar con quienes llegaron a esto por las dificultades que la vida les puso en el camino y no con quienes teniendo las posibilidades económicas de tener una vida honesta y con oportunidades laborales prefirieron dejarse llevar por la desmedida ambición.
Una vez más pareciera que quienes pertenecen a la alta sociedad, y por eso mismo sus crímenes involucran cantidades de dinero que rondan los millones, reciben un trato especial hasta cuando de pagar sus culpas se trata.