Nunca quedas mal con nadie
Que parte de ser un buen líder político es saber llegar a acuerdos es algo que nadie se atrevería a negar. El consenso es indispensable para que una sociedad pueda progresar. No obstante, existen temas que no admiten medias tintas y cuando se abordan exponen en verdadero pensamiento y motivaciones de algunos personajes de la política nacional.
Este ha sido del caso del líder del Partido Morado, Julio Guzmán. En una entrevista realizada el día lunes en una conocida radio, Guzmán comparó a los grupos ultraconservadores que odian a la comunidad LGTBI con el movimiento feminista que, según él, odia a los hombres y crea división.
Si Guzmán logra entender que el pensamiento de los ultraconservadores sobre la homosexualidad no tienen fundamento alguno y son delirios absurdos, ¿por qué no lograría entender lo que defiende el feminismo que, lejos de odiar a los hombres, apunta contra aquello que ha construido una masculinidad tóxica permitiendo una nueva construcción social en donde no existan diferencias entre hombre y mujer ni una relación de dependencia?
Es evidente que el propósito del excandidato presidencial es captar el voto de aquellos que no comulgan con el extremismo del partidos como Solidaridad Nacional o Contigo ni les seduce el fujimorismo por sus vínculos con la corrupción, pero que tampoco quieren una sociedad donde se combatan las costumbres machistas y se aterran ante la igualdad.
Según las recientes encuestas, es claro que el Partido Morado tiene grandes chances de formar una bancada numerosa en las elecciones del próximo 26 de enero. Por el bien del futuro del país, y en especial de los grupos vulnerables, solo queda esperar que lo que busquen no sea convertirse en el partido amigo de todos que quiere quedar bien con todo el mundo sin comprometerse realmente con nada.