Como si las interminables mentiras de Keiko Fujimori en sus declaraciones ante la justicia no fuesen suficiente muestra de su nula voluntad de colaborar con las investigaciones, la lideresa de Fuerza Popular decidió no presentarse a la audiencia por el pedido de prisión preventiva que estaba programada para este jueves. Según expresó en sus redes sociales la hija del exdictador Alberto Fujimori, la razón para no asistir fue no prestarse a un show armado por los fiscales.

Sin embargo, al revisar el historial reciente de sus acciones como las de su defensa, queda claro que si algo ha sido casi un vicio de Keiko Fujimori es el armado de shows mediáticos para presionar a la justicia. Hace algunas semanas, Fujimori Higuchi permitió que se exponga a una de sus menores hijas con una carta en la que apelaban a la lástima para que el Tribunal Constitucional le revoque la prisión preventiva y, apenas unos días antes, su esposo, Mark Vito, se instaló en medio de la vía pública y se declaró en una supuesta huelga de hambre para que liberen a Keiko.

Que ahora afirmen que no les gusta ser parte de un show, pese a que la fiscalía tiene pruebas contundentes para solicitar la prisión preventiva, en realidad no es otra cosa que una muestra de soberbia por parte de una política que ha estado acostumbrada a tener trato oreferencial. Porque, si nos limitamos a hablar de armar un show, el fujimorismo ha sido experto en hacerlo y son los reyes del show en la política peruana.