Cinismo
Durante la semana pasada, en el marco de las polémicas en que se vio involucrado el presidente Martín Vizcarra y su ministro Elmer Trujillo, el excongresista aprista, Jorge Del Castillo, se pronunció en las redes sociales lamentando que el Congreso haya sido disuelto y que por ese motivo no se pueda investigar la denuncia contra Vizcarra ni se pueda interpelar a sus ministros.
Sin embargo, apenas días después se conoció que Del Castillo está involucrado en un caso de peculado por realizar pagos a una asesora que no radicaba en el país y estaba trabajando en España, como reveló un programa dominical. En los audios publicados se escucha al aprista intentar persuadir a la asesora para que no haga público el tema porque, según Del Castillo, no merecía terminar su vida con una denuncia penal.
Por supuesto esto no lleva a que las denuncias contra Vizcarra y Trujillo no sean investigadas o que un eventual caso de corrupción sea perdonado. Los recientes eventos y revelaciones sobre la clase política peruana demuestran que no se debe poner las manos al fuego por nadie. Pero es una burla al pueblo peruano que personajes involucrados en temas turbios, como es el caso de Jorge Del Castillo y los otros miembros de la coalición fujiaprista que tenía tomado el parlamento y sus comisiones desde 2016, sean quienes quieran llevar a cabo estas investigaciones. ¿Qué posibilidades de tener un proceso justo y limpio puede tener el pueblo peruano si quienes van a estar a cargo están igual o más involucrados en casos de corrupción?
Hoy la prioridad debe ser la renovación política, que esta vaya más allá de alejar a un partido del mando y que se busque un cambio en los acaudalados grupos de poder que han manipulado la política a conveniencia dándole lugar a la corrupción. Que se investigue a todo el que esté involucrado en temas ilícitos y se cumpla el famoso 'caiga quien caiga' pero con gente responsable y respetable a cargo de estas investigaciones.