Aunque algunos suspicaces políticos y analistas peruanos han emprendido un inútil intento por deslindar al neoliberalismo de la crisis desencadenada en Chile y hasta han llegado a afirmar que es parte de un operativo castrochavista, es imposible quitarle responsabilidad a este modelo económico en la desigualdad que actualmente padece el pueblo chileno.

Si a ello se le suma la crisis que se apoderó de las calles de Ecuador y el catastrófico panorama económico que vive Argentina con un gobierno que buscó implementar el neoliberalismo, queda claro que en una región en la que existe una distancia tan grande entre la calidad de vida de la clase alta y el resto de la población aplicar el modelo económico neoliberal únicamente logrará acrecentar las diferencias con la única diferencia que en unos países el efecto es más rápido que en otros pero siempre conducen al mismo camino.

Por estos días Chile, hace unas semanas Ecuador y las encuestas presidenciales en Argentina que pronostican un gobierno Kirchnerista demuestran que Sudamérica necesita de gobiernos que prioricen la calidad de vida de la mayoría por encima de las facilidades al sector empresarial. El Perú todavía no afronta una crisis como la de los países mencionados, pero es cuestión de tiempo para que nuestro país se aproxime al abismo neoliberal si el gobierno y congreso que se vengan no entienden que la economía urge de un cambio de dirección.