Guerra contra el pueblo
"Estamos en guerra", dijo el presidente chileno Sebastián Piñera al comparecer ante los medios la tarde del domingo. Una frase fuerte sin duda, pero muy acorde a la actitud que ha tenido el gobierno de este país para reprimir a sus compatriotas. Porque en Chile hoy se está viviendo una guerra, propiciada por el modelo económico neoliberal, entre los ricos que tienen un presidente acorde a sus intereses y el resto de la población.
Pero este conflicto no se originó en la última semana ni se debe únicamente al aumento de pasajes. Porque otra forma en que un gobierno le da guerra a sus ciudadanos es mediante la indiferencia y ahí también se encuentra la respuesta al nivel de agresividad que se vio en las calles de las principales ciudades chilenas. Para muchos puede ser inconcebible que se destruyan las instalaciones del metro o se vandalicen las grandes tiendas paralizando el país, pero qué otra cosa puede hacer el ciudadano común carente del poder económico que haga visible su opinión para el presidente.
Fue recién en horas de la tarde del sábado que Piñera envió al congreso la propuesta para congelar los precios del transporte público mientras en repetidos mensajes invocaba al diálogo y afirmaba haber escuchado el pedido popular. Paradójicamente, las manifestaciones que su gobierno viene criticando y reprimiendo con un grado de violencia propio de una dictadura fueron el único camino mediante el que pudo escuchar el sentir de la población. Lamentablemente, luego de tres días, Piñera sigue eligiendo darle guerra a un pueblo que solo pide justicia y un gobierno que los represente.