Mientras el Ejecutivo ha hecho todo lo posible para mantener el país en funcionamiento tras el anuncio de disolución del congreso hecho por Martín Vizcarra el pasado lunes, la Comisión Permanente y el resto de congresistas fujiapristas ponen toda su energía y hacen uso de todo tipo deartimañas para generar una crisis nacional.

El día miércoles se observó la que probablemente sea la peor cara de este congreso que a estas alturas únicamente representa a una clase política corrupta e incapaz que se resiste a morir. No solo hicieron gala de los improvisados argumentos en los que se sostienen para negar la disolución del Legislativo sino que aprovecharon cada minuto ante las cámaras del Canal del Congreso, el cual tienen capturado y funcionando como un medio fujitroll, para poner en circulación todo tipo de psicosociales. Incluso llegaron al extremo de dar a entender que existía un grupo de militares que estaban próximos a sublevarse.

Hasta el momento todas las instituciones han hecho lo posible para que el Perú no se vea afectado por la crisis provocada por el congreso. Se convocaron elecciones como manda la Constitución, las Fuerzas Armadas reconocieron a Martín Vizcarra como presidente contribuyendo a la estabilidad y se designó un nuevo gabinete. Los únicos que hoy buscan generar caos son los integrantes de la Comisión Permanente y, aunque por sus antecedentes es difícil esperar una actitud altruista de su parte, solo queda esperar que tengan un ápice de responsabilidad en el final de sus carreras políticas y no se conviertan en una comisión que busca una crisis permanente.