Fue el presidente del congreso, Pedro Olaechea, quien en una de sus primeras decisiones en el cargo optó por enviarle una carta a la Comisión de Venecia pidiendo que vengan a analizar el pedido de adelanto de elecciones y es, paradójicamente, uno de los hombres de confianza de Olaechea, Salvador Heresi, quien ahora busca restarle importancia a lo que pueda concluir este grupo de expertos constitucionalistas europeos.

"Nosotros hemos sugerido, como bancada Contigo, no esperar el pronunciamiento de la Comisión de Venecia", dijo el congresista exintegrante de Peruanos Por el Kambio. Los motivos detrás de esta nueva actitud no son difíciles de entender. Un resultado contrario a los intereses de quienes se aferran a sus curules parece inevitable. En especial si se tiene en cuenta la pésima presentación por parte de los congresistas durante la cual se dieron momentos incómodos que rozaron con lo ridículo como cuando Héctor Becerril mencionó sin la más mínima vergüenza que afrontaba cinco investigaciones penales por cinco organizaciones criminales, las desafortunadas comparaciones con el régimen de Venezuela y la presentación de 'memes'.

A este Congreso cada vez le quedan menos cartas bajo la manga. Su nulo interés por el bienestar del Perú y el temor a perder su posición privilegiada que les permita influir en investigaciones haciendo uso y abuso del blindaje o la posibilidad de manipular el TC va quedando en evidencia.