Que la defensa de Keiko Fujimori y sus congresistas harán todo lo posible por obstaculizar las investigaciones, poner en duda la legalidad de los procesos y tergiversar la historia encaja a la perfección con la manera en que se han comportado a lo largo de su historia en la política peruana. Este era un obstáculo previsible y con el que la justicia tendrá que lidiar. Sin embargo, ahora el fujimorismo parece contar con un nuevo aliado que deberá dar explicaciones.

Este es el caso de la Clínica Centenario, el que parece haberse convertido en el refugio de la familia Fujimori cada vez que tienen una complicación con su salud que casualmente coincide con sus complicaciones con la justicia. El centro médico ubicado en Pueblo Libre no solo recibió en numerosas oportunidades al exdictador, Alberto Fujimori, y fue el lugar en que el líder histórico del fujimorismo permaneció mientras se inventaban excusas para otorgarle el indulto 'trucho' sino que ahora recibe a la lideresa de Fuerza Popular por un inesperado problema cardíaco.

Si bien, y pese a que Keiko Fujimori participó en la exigente prueba física 'Ironman' sin haber presentado problemas, no es imposible que realmente padezca una afección cardíaca. Lo extraño del caso es que, tratándose de una emergencia, sea llevada a la Clínica Centenario que está a diecisiete kilómetros del penal cuando existen otros centros de salud más cercanos, como es el caso de la Clínica Internacional o la Angloamericana.

Ante las dudas generadas, es necesario que la clínica en cuestión sea clara con sus procedimientos y que tanto las autoridades del INPE como la defensa de Keiko Fujimori argumenten la importancia de únicamente recibir atención en la Centenario. Porque hasta el momento, y en especial luego de leer el informe médico, todo parece una nueva estrategia de victimización.