Una vez pasada la euforia de la mayoría de peruanos por el mensaje a la Nación de Martín Vizcarra en que proponía el adelanto de elecciones, apareció el temor ante la posibilidad que la reforma política que impedía la reelección de congresistas quede sin efecto en lo que podría ser un acto de venganza por parte del legislativo.

Sin embargo, existe una amenaza mayor que la reelección de parlamentarios. Debido a que las hipotéticas elecciones se realizarían un año antes de lo previsto, en los partidos que podrían participar son mayoría los que actualmente conforman el congreso. Estas agrupaciones políticas son Acción Popular, Fuerza Popular, Partido Aprista Peruano, PPC y Alianza para el Progreso.

Además, algunos partidos que fueron protagonistas en las recientes elecciones municipales también figuran. Este es el caso del Perú Patria Segura, el partido por el que postuló Renzo Reggiardo; Perú Libertario, que tuvo como candidato a Ricardo Belmont; y Solidaridad Nacional, agrupación del cuestionado exalcalde Luis Castañeda.

Es por ello que se debe abrir la puerta a la conformación e inscripción de nuevos partidos para que participen de las elecciones de 2020. El Perú requiere una renovación política pero esta no puede ser de la mano de quienes se encargaron de encaminar al país a la crisis que actualmente padecemos. No es posible pensar en la formación de una nueva clase política junto al Apra o Fuerza Popular, que tienen como prioridad regresarnos a épocas dominadas por la corrupción. Esto sería como pretender llevar agua potable a través de tuberías contaminadas y que esta se mantenga impoluta al final de recorrido.