Hace unos años mientras Argentina atravesaba una difícil crisis económica se popularizó una frase que decía "La patria es el otro". Con ello se buscaba concientizar a la población que el amor por el país no se demostraba únicamente mediante el apoyo a la selección de fútbol o mostrando orgullo por una danza típica sino con el interés en ayudar al compatriota que está atravesando dificultades.

Este pensamiento, que debería ser transversal a cualquier país o ideología política, es lo que nuestros políticos parecen estar lejos de tener en cuenta y genera un sentimiento de decepción que se agudiza especialmente tras la elección de Pedro Olaechea como presidente del congreso.

Si bien el nivel del actual parlamento no daba motivos para ilusionarse, ver que el discurso de Olaechea fue aplaudido y su trayectoria destacada es motivo de preocupación por la dirección que pueden tomar la prioridades del legislativo con la mesa directiva que él presidirá. Esto debido a que al revisar su historial se puede ver que el político de 65 años con pasado en Confiep ha militado por grupos ultraconservadores como 'Con Mis Hijos No Te Metas', lo que significa que la aplicación del enfoque de género en la educación peruana podría estar en peligro.

Lamentablemente esto no es lo único preocupante con respecto al pensamiento de Olaechea. Esto debido a que en alguna oportunidad manifestó su disconformidad con que en el interior del país el sueldo mínimo sea el mismo que en la capital y sugirió que debería reducirse. Este pensamiento no es nuevo y es muy popular en una parte del sector empresarial al que Olaechea pertenece que además anhela con la eliminación del salario mínimo y que los pagos sean acorde a la demanda del mercado. Una idea que sería muy perjudicial para quienes tienen menos ingresos y podría entrar en discusión con el nuevo presidente del congreso.

Por ello, y aprovechando el contexto del aniversario patrio, deberíamos aplicar a nuestra realidad la frase "La patria es el otro". En especial en esta época en que se ha creado una grieta entre Lima y el resto del país así como entre las clases acaudaladas y el peruano promedio. Si realmente estamos orgullosos de nuestra patria debemos demostrarlo mediante la empatía y entendiendo que se debe buscar el desarrollo y crecimiento pero de todos los peruanos y no de un reducido grupo.