Este sábado la comunidad LGTBI sale a manifestarse por sus derechos y no será una marcha silenciosa que buscará pasar desapercibida. Al contrario, será una marcha muy ruidosa que llamará la atención y generará incomodidad porque de eso se tratan las luchas por igualdad de derechos. No se puede esperar un cambio en la sociedad reclamando en voz baja ni haciéndolo en las sombras.

Logros a nivel mundial como el voto femenino o la lucha contra el racismo tuvieron en las grandes movilizaciones el motor de su éxito y lo mismo viene ocurriendo con la comunidad LGTBI que cada vez va consiguiendo en diversos países los derechos que merece. En nuestro país los reclamos también han sido efectivos y prueba de ello es que cada vez son más las empresas que apoyan la igualdad con publicidades y con políticas empresariales que buscan el trato igualitario entre parejas heterosexuales y homosexuales.

Pero como suele ocurrir en esta fecha, los conservadores y homofóbicos intentarán restarle importancia a esta fecha alegando que una orientación sexual no debe generar orgullo y preguntándose por qué no hay un día del orgullo heterosexual. Lo cierto es que ha sido la comunidad LGTBI la que ha sufrido décadas de humillaciones mientras que a las personas heterosexuales jamás se les ha discriminado por su orientación sexual. Claro que hay motivos de orgullo porque se está avanzando, aunque sea de a poco, hacia una sociedad en la que nadie tenga que sentir verguenza por tener una orientación sexual diferente a la heterosexual y esto debe ser una lucha que nos involucre a todos los peruanos porque de esa manera lograremos tener un mejor país que realmente incluya a todos los más de treinta millones que lo habitamos.