Economía del bienestar
Una vez más el interés de un pequeño grupo privilegiado pero con gran poder económico está pretendiendo silenciar los reclamos de los ciudadanos que viven en zonas aledañas a donde se quieren realizar proyectos mineros. Según estos defensores de las mineras, la falta de firmeza por parte del gobierno cuando se realizan manifestaciones por el impacto de la minería en el medio ambiente pone en riesgo la economía nacional y sostienen que el Perú debería defender ante todo el libre mercado si se quiere alcanzar un mayor desarrollo.
Ante esta disputa deberíamos preguntarnos si vale sacrificar todo lo que se encuentre en el territorio nacional con tal de alcanzar un crecimiento económico casi imperceptible para el peruano común y, quizá una interrogante más importante, cuestionar si el libre mercado es el único camino o la tan difamada inversión estatal nos puede ofrecer una posibilidad que satisfaga a todas las partes.
Sin duda con empresas estatales serían más sencillas las negociaciones pero quienes se oponen a ello sugieren que este modelo económico nos condenará a terminar como Venezuela. Sin embargo, en Europa existe un país que demuestra que el éxito con una economía enfocada en el bienestar es posible. Este país es Noruega y allá más de la mitad de las empresas más importantes de Oslo, la capital, son públicas o una mezcla de públicas y privadas.
El resultado de estas políticas no ha sido un presente lamentable como el de Venezuela. Todo lo contrario, desde 1995 que Noruega alcanza los primeros puestos a nivel mundial en desarrollo humano. Esto debe llevar a nuestros políticos a reflexionar, dejar de lado los prejuicios con respecto al socialismo y buscar el camino que le permita al Perú un desarrollo sostenible y que sea para el beneficio de todos y no de un pequeño grupo acaudalado.