Salud y Estado
A partir del 17 de junio será obligatorio que los alimentos industrializados lleven octógonos que adviertan si tienen un alto contenido en azucar, grasas o cualquier ingrediente que haga perjudicial su consumo excesivo. Sin embargo, algunas marcas se adelantaron y ya se puede observar en varias tiendas la presencia de los octógonos en diversos productos. Esto ha tenido un impacto significativo en el consumidor que en más de un caso se ha sorprendido por el contenido alto en grasas o presencia de azucar en alimentos que creía saludables.
No obstante, la obligatoriedad del uso de los octógonos también ha tenido sus opositores. Para ese sector, se tendría que haber dejado que el mercado se regule solo y sea el público quien demande la colocación de información nutricional. Pero quienes sostienen esto pasan por alto la poca información que el consumidor común tiene sobre las cantidades de azucar o grasas que es recomendable ingerir.
Es en este contexto que se debe valorar el rol supervisor del Estado y la intervención por parte de este con medidas como la implementación de la ley de alimentación saludable que ha hecho posible que se coloquen los octógonos de advertencia. La prioridad de las empresas es vender por lo que difícilmente tomarán medidas de manera voluntaria que puedan persuadir a su público de comprar sus productos o moderar su consumo y sin un Estado vigilante que cuide el bienestar de la población el libre mercado puede mostrar su lado negativo.