Todos tenemos familia
No puede haber una actitud que muestre mayor bajeza que escudarse detrás de una familia vulnerable y eso es exactamente lo que vienen haciendo los que decían ser amigos del fallecido exmandatario Alan García. Con ello intentan convencer al pueblo peruano que no se debe hablar de lo que representó el líder aprista en la historia del Perú porque saben que prácticamente no hay nada bueno para decir.
Sin embargo, además de ser un argumento bajo demuestra lo especiales que se sienten los políticos. Porque tener una familia no puede ser tomada como prueba de inocencia o motivo para que se minimicen los actos ilícitos en los que una persona estuvo involucrada. Personajes que hicieron mucho daño en la historia también tenían una familia con la que tenían un vínculo muy especial.
En Colombia, el famoso narcotraficante Pablo Escobar siempre fue descrito como un hijo muy preocupado por su madre y un padre muy amoroso con sus hijos pero eso no significó que dejara de ser el mismo que ordenó crueles atentados que costaron la vida de miles de colombianos. Si se quiere tomar un ejemplo más cercano basta pasar por la puerta de alguno de los penales de nuestro país cuando se realizan las celebraciones por el día de la madre o del padre.
Todos tenemos una familia y eso no justifica ningún acto ilícito. En realidad, quien menos se preocupó por su familia fue quien pudiendo dejarles un legado de honestidad y amor por su patria prefirió dejarse llevar por la ambición y poner su nombre para siempre en uno de los capítulos más turbios de la historia del Perú.